viernes, 8 de mayo de 2009

Cómo Entender y Acabar con la Crisis Actual

Llegan hasta nuestros majestuosos oídos que lo que comúnmente se denomina clase media está siendo azotada estos días por una terrible crisis.

Sin llegar a entrar en descalificaciones y sin llegar a decir que desde Varelax! se piensa que sois un puñetero atajo de plañideras que no desaprovecháis una ocasión para pedir un poco más, nos hemos puesto a pensar en las posibles soluciones para salir de esta pataleta que os ha dado. En unos frenéticos cinco minutos hemos dado con las cinco claves que, si se aplican, no sólo harán volver la economía a su cauce, sino que el ser humano entrará en un periodo de éxtasis tal que es que se me llena la boca de decirlo. Nos gustaría que se llamase la Gran Era Vareliana, pero eso lo dejamos en manos de los de siempre.

5 pasos para entender y acabar con la crisis económica;

1- T-Rex en el parqué.

En Varelax! no tenemos ni idea de economía, pero si una cosa sabemos es que todo el caos bursátil es producido por los esperpénticos personajes que agitan sus extremidades en los lugares conocidos como “La Bolsa”, posiblemente imaginarios. “Las Bolsas” reciben nombres divertidos, como por ejemplo “Don Jones”, en honor a una película con Richard Gere de escaso éxito. En estos lugares el dinero cambia de manos porque sí, sin ninguna explicación, por culpa de los “brokers”. Se llaman así, proféticamente, porque lo joden todo. “La Bolsa” consiste en un extraño juego de las sillas en el que, al acabar la música, hay alguien muy feliz y alguien que se tiene que salir del juego. Todo esto sobra. Todo. El dinero de cada uno que lo tenga cada uno.

Como sabemos que por mucho que les digamos van a seguir yendo a “La Bolsa”, el método más económico para evitar que nadie agite sus extremidades es colocar un T-Rex en el centro de “La Bolsa”. Como su visión se basa en el movimiento, arramplará con cualquier “broker” que mueva un músculo. Al dino no hay que pagarle y tiene comida para rato. Asunto arreglado.

2- Mandar a los niños a la guerra.

Los niños mucho piden y poco dan. Bueno, sí, dan cariño y alegría, pero con eso no pagas un somier nuevo ni evitas estar comiendo arroz dos semanas. Todos lo pensamos pero nadie se atreve a decirlo; hay que mandar a los niños donde realmente sean productivos. Teniendo en cuenta que un niño de 30 kilos no puede con un buen canasto de rocas en la mina, es mejor mandarlos a conflictos bélicos, ya que sus pequeños dedos sí están adecuados para encajar en los gatillos de armas de precisión. Su pericia con los videojuegos, su pequeño tamaño, su capacidad de poder ser lanzados por encima de vallas electrificadas y sus ganas de agradar ante sus mayores los hacen los soldados ideales. Por un lado nosotros aquí dejaremos de pagar cosas como pañales o geimboys o como se escriba, y ellos por otro lado irán conquistando… pues no sé… ¿sigue existiendo Siria?

Los botines de guerra servirán para pagar la deuda de la crisis. Porque yo me figuro que si estamos todos hasta el cuello debe haber un ente superior al que se le deba dinero. Porque otra razón no puede haber. Realizado con éxito el pago de nuestras deudas, y sin más tejemanejes de los “brokers” (acorralados por un T-Rex, recordemos) pasamos al tercer paso.

3- Matar al Rey

Todos somos monárquicos de cara a los demás, temerosos que haya agentes secretos entre nuestro grupo de amigos, pero interiormente no vemos con buenos ojos que una familia a la que tú no conoces se gaste tu dinero en biodiesel para un fueraborda en el que tú nunca montarás.

La familia Real española data del Antiguo Egipto, momento exacto en el cual el primero de estos Borbones aterrizó entre nosotros. Dejando siempre vivos a los niños y a todo lo que parezca una mujer (lo que nos da un amplio margen para matar) eliminaremos a todo el linaje real para que no proteste, empezando por Su Majestad (siempre a sus pies en el caso de que lea vd. esto) el día de navidad y ante las cámaras de tve. ¿Qué mejor momento para dejar claras nuestras intenciones? Imaginaos qué bríndises después.

4- Deshacernos de Portugal

Portugal es un país que está a la izquierda de España si lo miramos desde el cielo. No sabemos exactamente cual es su idiosincrasia además de algún que otro chiste de toallas o de sus futbolistas. Sabemos que tienen buenas playas y festivales pero… ¿cómo es el día a día de un luso? ¿qué preocupa a un portugués? Ese es el tema; nosotros no lo sabemos, pero nos deberían temer a nosotros! Una vez lleguemos a la fase 4 del plan de revitalización económica estarán perdidos. Los expulsaremos al mar inundados por nuestra ira no infundida. ¡Oh, cómo sufrirán!

Teniendo el español más terreno para si mismo, el precio de la vivienda bajará sobre un 30%, quitando de en medio uno de los problemas que más atormentan a la gente que vive en casa de sus padres. Estaremos listos para dar el último y definitivo paso.

5- Expulsar al cine español del planeta en una movida de Superman II

Si algo nos enseñó la segunda parte de Superman, es que existen cosas planas en las que cabe mucho más de lo que parece a priori y que flotan en el espacio alejándose irremediablemente del punto de partida. Es exactamente lo que necesitamos; un lugar donde quepan al mismo tiempo desde Echanove hasta Pepón Nieto, Loles León y María Adánez. Un lugar que podamos lanzar al espacio exterior, sin preocuparnos que pueda colisionar con un planeta poblado por otra raza. Que le den ellos las subvenciones.

¡Oh, hermanos! ¡Os habla el Shamán Druida Bicéfalo del planeta Bicéfalo! ¡Yo anuncio la plaga en nuestro mundo de horribles seres informes con pegatinas y camisetas temáticas! ¡Nuestro Reino está condenado, desde las llanuras de Osshirr-Merr hasta los profundos mares Gran Cabba de Dorr-en-Garrh! ¡Corred por vuestras jodidas vidas!

Shamán Druida Bicéfalo, dos días antes del primer contacto entre un bicéfalo y Pepe Sancho.

Llegados a este punto habremos conseguido pasarle nuestros mayores marrones a otros. Brokers, niños, realeza, portugueses y artistas serán el problema de gente con menos cabeza que nosotros.

Aplicad nuestros puntos uno a uno y por orden. O dejad de quejaros. Yo tampoco llegaría a final de mes si me emborrachara todos los fines de semana.

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